sábado, 14 de febrero de 2009

EL CASTILLO II

ENTRADA IV



Con el título de Señor de Tejeda, Fernando de Texeda se oponía a la jurisdicción de Salamanca. Llegó a tener en la Villa, horca (hoy en día se conserva el lugar “Teso de la Horca”) y alcaldes y usa de la jurisdicción civil e criminal en ella.

El 9 de marzo de 1451 el corregidor de Salamanca había leído ante las puertas de la casa que Fernando de Texeda poseía en Salamanca la expresa prohibición real de proseguir la construcción del castillo. Las obras no solo fueron continuadas, sino aceleradas, probando lo poco que las cartas reales pesaban ante un noble que tenía familiares entre los regidores de Salamanca.
Llegados al lugar en que este noble estaba construyendo la torre y cortijo, como dice el manuscrito, el procurador mandó al corregidor que leyera solemnemente antes los maestros y albañiles las cartas reales en las que se prohibía la construcción de la fortaleza.
Los maestros, que eran unos montañeses, cuando vieron llegar al corregidor huyeron abandonando la obra, y este en símbolo de que aquella torre debía ser derrocada, lanzó tres piedras ”e con cada una de ellas dixo que denunciaba e denuncio lauor nueva en dicha torre por quanto se fazia e edificaba en perjuizi de la dicha cibdad”

Días después, el 17 de mayo de 1451, marchó la comisión a Navarredonda, la otra aldea concejil usurpada por Fernando de Tejeda. El corregidor mandó tocar la campana de la iglesia convocando al Concejo de la aldea ”en el cementerio de dicha iglesia”. Ahí el corregidor explicó que a los vecinos del lugar que la aldea era jurisdicción y término de Salamanca por estar asentada en lo concejil de la Ciudad y que a ella deberían pagar los derechos reales y concejiles, que nadie podía apremiar al Concejo y vecinos de Navarredonda, “ni les fiziese somisión contra su voluntad ni les impusiese yantares ni servicios ni crebantos ni derechos ningunos” Procedió seguidamente el corregidor a nombrar dos nuevos jurados, elegidos de entre los hombres buenos del concejo aldeano, quedando restablecida en el lugar la autoridad del rey, señor natural de la Tierra de Salamanca.


La casa fuerte (castillo), que se compone de una torre del homenaje grande y rectangular, que tuvo suelos de madera, con troneras para cañones; un recinto cuadrado de 23 metros de lado con pequeños cubos en los ángulos o esquinas y otro resguardado en la puerta; habitaciones adheridas a él por dentro, más afuera, una barcana, actualmente destruida y foso. Su construcción es de pizarra trabada con mortero y esquinas de granito y como casi todos sabemos se encuentra en estado de progresiva ruina y deterioro. Aún se pueden contemplar los restos de la gran torre y de un recinto cuadrado fortificado. Está bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español

En 1453 el pesquisidor preguntó a cada uno de los testigos convocados si sabían que Fernando de Tejeda había despoblado el lugar de Los Arévalos “que solía aver diez o doce vecinos” para aumentar la población de Tejeda. Uno de los testigos respondió que, efectivamente, él había visto poblado aquel lugar, pero que después todos los vecinos habían sido llevados a Tejeda.
En el mismo año el procurador Diego García quiso acabar con tales abusos y la comisión se trasladó al lugar donde Fernando de Tejeda había vuelto a erigir la horca; mandó romper los palos y quemarlos en su presencia dirigiéndose después al lugar de Tejeda para tomar solemnemente posesión de la jurisdicción civil y criminal. El asombro de la comisión fue grande pues cuando llegaron al pueblo hallaron que todas las casas estaban vacías; Se dirigieron a la iglesia y encontraron dentro a todas las mujeres vecinas del lugar, refugiadas con sus hijas e hijos y cinco o seis hombres; la mayor parte de los varones habían huido atemorizados, creyendo que la comisión “avya de tomar las faziendas e azotarlos e fazer otros males”

Imaginaros la vida de estas gentes en Tejeda, supongo que analfabetas, atemorizadas, inseguras, llenas de miedo… y trabajando para el todopoderoso Señor de Texeda.

El procurador trató de convencer a los pobres vecinos de Tejeda de que él no había ido sino a tomar posesión de la jurisdicción civil y criminal, en prueba de lo cual había mandado derrocar la horca y quemarla, para que los vecinos no consintieran que ni Fernando de Tejeda, ni nadie volviera a poner horca, ni tuviera cepo ni cadenas. Tras ello el corregidor estuvo libando varios autos para probar públicamente que la jurisdicción de aquel lugar pertenecía a la ciudad de Salamanca; dos vecinos de Tejeda, Alfonso Macías y Alfonso Rodríguez fueron nombrados jurados, que habían de ejercer su cargo durante un año, como en las otras aldeas concejiles. Ambos juraron ante la señal de la cruz y a las palabras de los Santos Evangelios que usarían bien de su oficio de juraduría por la ciudad de Salamanca, y que obedecerían y cumplirían las cartas y mandamientos del Concejo y justicia de la ciudad.
De este modo los dos jurados concejiles sustituían en sus funciones a los alcaldes puestos ilegalmente por Fernando de Tejeda.
Inmediatamente procedieron a destruir el otro símbolo de la opresión señoral: el castillo.


Yo no sé el corregidor y la justicia consiguieron derribar el castillo, pero lo cierto que el paso del tiempo si lo logró. Fué en el año 1965 cuando de vino abajo más de la mitad de la fachada sur de la torre del homenaje. Esa torre que había aguantado tantas envestidas de duros inviernos y terribles vendavales, un día apacible y tranquilo, se cansó de estar en píe integra, como lo había estado por más de 500 años.
Si se puede precisar que en el año 1752, año en el que se redacta el Catastro del Marqués de la Ensenada, ya estaba derruido. Lo podéis ver en la siguiente dirección.

(http://pares.mcu.es/Catastro/servlets/ServletController?accion=4&opcionV=3&orden=1&loc=9074&pageNum=85accion=4&opcionV=3&orden=1&loc=9074&pageNum=85)






Es posible que el castillo nunca llegase a ser habitado, no puedo confirmarlo, pero las luchas por el poder y las tierras continuaron entre los descendientes de Fernando de Texeda. Pero eso lo dejo para un próximo capítulo.
La foto en blanco y negro es del año 1937. En ella se ve la torre del homenaje completa.