domingo, 8 de marzo de 2009

MAS SOBRE EL CONVENTO DE TEJEDA

EL CONVENTO II

La “Chrónica de la Santa Provincia de San Miguel de la Orden de N. Seráfico Padre S. Francisco” que contiene las fundaciones, progresos y cosas notables de sus Conventos así de Religiosos, como de Religiosas, las memorias de Varones doctos, y ELconstituidos en dignidad,y las vidas ejemplares de las personas señaladas en virtud, y otras noticias históricas.
Dedicada al Excmo. Señor Don Manuel Diego Lopez de Zuñiga y Sotomayor Duque de Bejar, y de Mandas, cuyo autor es el Padre Fray IOSEP DE SANTA CRUZ, Difinidor de la misma provincia. Año de 1671.
La edición consultada es una reproducción de dicha crónica en edición facsímil publicada por la editorial Cisneros en 1989.
A continuación transcribo sin respetar la ortografía original lo que en él se dice acerca de la fundación del convento de San Antonio de Tejeda, respetando los signos de puntuación, y la literalidad de las frases, dejando respetando la ortografía original de aquellas palabras que desconozco su significado.
CAPITULO VI
FUNDACION DEL CONVENTO DE SAN ANTONIO DE TEXEDA
En lo más alto de la provincia por la parte que mira al Oriente (según la descripción del sitito que hicimos en el libro primero) está una villa que llaman Texeda con su castillo. Es del Obispado de Salamanca; si bien en ella y en otros lugares que llegan a número de cuarenta, distrito que se llama Valdobla, tienen particular y propia jurisdicción desde tiempo inmemorial del Deán, y Cabildo de la misma Santa Iglesia de Salamanca como jueces de todo lo espiritual, y eclesiástico. De lo temporal de la villa de Texeda (que es de señorío) eran señores por los años de mil y quinientos y sesenta Don Alonso López de Texeda, y Doña Catalina de Robles. Esta señora se había criado en servicio de la Emperatriz María hermana de el gran Felipe Segundo estando en España antes que pasase a Alemania. Y de la buena educación y cristianas costumbres de tal casa salió Doña Catalina muy virtuosa, y conservaba en el estado del matrimonio la virtud, buena inclinación al culto divino: y juntamente deseaba fundar un Convento de nuestra Orden para el aprovechamiento espiritual de su villa. Sin proponer la fundación a los Prelados, comunicó su intento (intención) por cartas a su señora, que entonces era Reina de Bohemia, antes de la envestidura de Emperatriz, afsi por grangear su beneficencia para de edificio del el Convento, como para allanar los inconvenientes que se ofreciesen con tal protección. Significó su alteza agrado y se prometió favorable a lo que se le comunicaba: y no fue difícil traer D. Catalina a su parecer para las Diligencias de lo intetado a su marido, que era muy Cristiano, y generoso Caballero. Celebróse en Ciudad Rodrigo Capítulo de nuestra Provincia el año de mil y quinientos y sesenta por Pascua de Pentecostés, en que presidió el Reverendísimo Zamora: y a este capítulo enviaron los señores de Texeda a ofrecer el convento que determinaban edificar. El Padre General habiendo tratado el caso con el Difinitorio despachó su patente hecha en la expedición del Capítulo, en que recibió la fundación del Convento expresando el agrado, y contento de ello recibiría la Señora Reina de Bohemia, como lo había significado, con las condiciones, y afsieto que el Padre Provincial ordenó en dicha patente que en habiendo lugar decente, en que pudieran estar dos o tres religiosos, los mandase asistir allí para que entendiesen en el edificio: y que luego le asignase los lugares que la guardianía conuiniessen por todos aquellos lugares del campo; no tocando en el de Tamames, que la había menester la casa de Gracia; y que los repartiese de manera que ambas casas cómodamente se pudiesen sustentar.
Con esta aceptación se trató de la obra del Convento, y se le dio título de San Antonio de Padua, de quien eran especiales devotos los fundadores. Y este mismo título, que hoy persevera le dio el mismo año de mil y quinientos y sesenta el Padre Provincial Fr. Francisco Gutierrez electo en aquel Capítulo, en una patente que despachó señalando los lugares de guardanía, fecha en el convento de Gracia a veinte y uno de julio.
El año siguiente de sesenta y uno el fundador Don Alonso Lope de Texeda sacó licencia del Juez de la Valdobla para fundar el Convento en su jurisdicción. Y la concedió Don García de Texeda que a la sazón era Juez, y Vicario General a nueve de Mayo. Y porque después se ventiló si había podido el Juez Vicario dar la licencia respecto de sr la materia de mas importancia, y calidad, y que parecía estar reservada al Cabildo pleno pleno: volvió todo el Cabildo a dar nuevas letras confirmando la facultad dada y expresando que cualquier Sacerdote pudiese poner la primera piedra en la Iglesia, y Monasterio con las bendiciones y solemnidades que se requieran, la fecha a seis de junio del mismo año. Y desde este año, en que ya andaba la obra con asistencia de los Religiosos, se había tomado real posesión, se cuenta la antigüedad de este Convento: aunque no se sabe cuando comenzó a estar de alguna forma para tener Sacramento, y celebrarse los Oficios Divinos. De los instrumentos citados hasta aquí se colige que fue cerca del año de mil y quinientos sesenta y cuatro. Su sitio es junto al mismo lugar a la parte de Oriente.
CAPITULA VII
MEMORIAS NOTABLES DE LA ILUSTRE, Y VIRTUOSA FUNDADORA DEL CONVENTO D TEXEDA
Delito fuera de injuria, y de ingratitud pasar los principios del Convento de Texeda sin más particular relación de su fundadora la señora D. Catalina de Robles, a quien no solo por este título, sino por sus virtudes, y otras nobles circunstancias le debe honoríficas memorias, y elogios mas de propósito que los que puede admitir esta historia. Ya hemos tocado su virtuosísima crianza en casa de la Emperatriz María, principio de que se pudo esperar mucho progreso en la carrera de Dios. Y que fuese así en el suceso lo testificaron los antiguos que la conocieron afirmando que fue cristiano ejemplo de casadas, piadoso incitamento de su vasallos de Texeda para que viviesen ajustadamente, y tan celosa de su bien espiritual, que este cuidado la movió a fundar Convento en su villa.
Por este tanto interés, y por lo que estimaba con pecho Católico a los que seguían a Cristo profesando vida Evangélica, quiso mucho a nuestro Frailes, y en especial a los del Convento de Gracia, y a los que nuevamente habitaban en Texeda, cuyos ejemplos experimentaba, y conocía más de cerca. Confesó este amor y estimación en una clausula de su testamento; que hizo once años antes de su muerte. Ordenaba que si esta sucediese antes de acabar el Convento, la depositasen en el de Gracia en el interin, y que se dijese cierta cantidad de misas en uno y otro: porque deseaba que el de Texeda fuese de Recolección como el de Gracia, y sabía lo que pasaba a cerca de las Misas entre los Recolectos; Concluyó la clausula así. Pidiendo (dice) por la caridad a los padres de las dichas casas dispensen esta vez conmigo en decir Misas particulares por el amor particular, que yo les tengo. Mucho dice tan tierna y Cristiana clausula; y bien merece tanto agradecimiento como crédito el amor protestado en la última voluntad.
Fue el fallecimiento de esta señora al año de 1572, y el siguiente escribió desde Alemania la Serenísima Emperatriz dando el pésame a su marido D. Alonso López de Texeda con una carta que está en el Archivo del Convento, y va aquí trasladada a la letra por ser de tal persona, y porque conduce no poco a nuestro intento.
María por la gracia de Dios Emperatriz de Romanos, Reyna de Hungría y Bohemia. Noble y bien amado nuestro. Mucha pena nos ha dado entender vuestro trabajo, y que nos haya faltado Doña Catalina, a quien con tanta razón quería yo tanto: más con esperanza que Dios la tendrá en su gloria, nos debemos consolar. Y hemos holgado de entender las particularidades que escribís d como pasó su muerte. Y así lo haremos siempre que nos avisares que podemos hacer por vos; para lo cual nos queda la misma voluntad que hasta aquí, &c. Dexando unas clausulas acerca de ciertos dineros, y cobrancas, posigue: Y asimismo se tendrá memoria de lo que escribís de los Frailes, y la cuenta de su Monasterio, que es razón, por ser cosa de vuestra mujer. A el Guardián (debe de referirse al Superior del Convento) daréis nuestras encomiendas, y pediréis de nuestra parte se acuerde derogar a Dios por nosotros en aquella casa. De Viena a 9 de septiembre de 1573.
Después de esta fecha, y antes de la firma puso la Emperatriz de su mano los siguientes renglones: De la muerte de D. Catalina me ha pesado lo que es razón: y nunca me olvidaré de lo que ella os quería ara hacer por todo lo que pudiere, y desear poder mucho. Para efecto de que se cumpla su alma os ruego mucho tengáis cuidado; como yo lo tendré de pagaros el año que viene. Y con el Monasterio también le tendré como cosa de Doña Catalina. Espero que en él me encomendaran a Dios siempre. María
De esta carta de la Emperatriz en la muerte de D. Catalina ya se ve como la amaba. Y amor de tantas demostraciones, conocido el genio de su Cesárea Majestad, califica las virtudes de la difunta. Dase a entender que paso su muerte con particularidades dignas de notar: y si como se guardo la carta, se guardara la relación de sus particularidades, tuviéramos más que escribir en gloria de Dios, crédito de la difunta, y ejemplo de los vivos. También se ve con cuanta fortuna de favores temporales se fundó, y comenzó el Convento de Texeda: pus desde la altura del Imperio le miraban derechamente los rayos de la mayor Majestad de la tierra. Más al fin flaqueando la cortedad de nuestra vista se paso por alto el favor; y el convento quedó como diremos adelante.
Estrenó la primera Iglesia (que fue lo que es hoy refectorio) el cadáver d la santa fundadora, y después se trasladó a la Iglesia más moderna. En la traslación se descubrió un prodigio admirable en todo tiempo, y que vimos los de esta edad, que es la incorrupción del cuerpo de esta señora, sobre más de noventa años desde su muerte. Está entero con los huesos, y carne, todo distinto, y dispuesto por su lugares, con sus uñas en pies, y manos. Si le levantan los brazos es con alguna violencia, y en aflojando se vuelven a caer con ímpetu sobre el pecho por lo seco de los nervios: y así se ve la carne seca, y pegada a los huesos, más todo entero. Así estuvo mucho tiempo en una tumba junto al altar mayor, al lado de la epístola de manera, que alzando la cubierta podía ser visto de todos. Y hace poco que fue colocado este admirable cuerpo debajo del mismo altar mayor con más decencia.
No es la incorrupción de los cuerpos cierto, y infalible argumento de santidad. Causas naturales puede haber que impida por mucho tiempo la corrupción; o esas causas estén de parte dl miso cuerpo, o parte de la tierra, y del aire ambiente. Otras veces pueden ser juicios ocultos de Dios por fines que ignoramos. Y dejando estos con el silencio, y veneración debida; no se descubre en nuestro caso suficiente causa natural; pues del linaje de D. Catalina se ha corrompido los cuerpos, y se corrompen los que están sepultados en el mismo sitio de tierra y aire. Resta inquirir causa superior: y atendiendo a las virtudes de su vida no halla la piedad otra que señalar sino el favor de Dios, que quiso honrar a su sierva y darla a estimar en nuestra memoria con el símbolo más propio de la virtud, que es la incorrupción: así como la corrupción, la resolución en polvo, y ceniza es castigo del pecado. Intimole Dios a Adán desde el principio, y después al Rey de Tiro por Ezequiel, a los trasgresores de su ley por Isaías, y todo el pueblo infiel por Malaquias. Pues si el resolverse en polvo los cuerpos es tan propia pena del pecado, con que indicio más conveniente se podía declarar la virtud de la señora Doña Catalina Robles que con la incorrupción tan manifiesta en casi cien años?
CAPITULO VIII
SUCESOS, Y PARTICULARIDADES DEL CONVENTO DE TEJEDA.
Seis años después de la muerte de la fundadora, y diez y siete después de la fundación todavía andaba la obra: Ya este tiempo se trató de que pasase por la huerta el agua encañada; y se consiguió con licencia especial de la Ciudad de Salamanca: con que quedó buena parte de cercado para el convento de muchos frutales, y hortalizas, y de igual amenidad, y utilidad; pero la casa no solo corta, y de materia débil, sino por acabar. Lo poco hecho se iba arruinando, y por muchos años vivieron los Religiosos en ella con mucho trabajo, y sin alguna posibilidad para acomodarse. Admiración puede causar esta estrecheza, y imperfección sobre los cuidados que hemos referido de fundadores tan devotos, y de la atención de la Serenísima Emperatriz, sin adelantarse a más el edificio en espacio de cien años, cuando desde el principio prometía tan soberano favor fábricas suntuosas. Tan Justa, y bien fundada admiración solicita el animo a investigar las causas de la desigualdad, que de lo que se halla escrito se infiere auqneu no s exprese, que fueron algunas de las siguientes, o quizá todas.
Como al principio se dispuso que algunos Religiosos asistiesen a la obra del Convento; y los fundadores deseaban que fuese de Recolección; venían unos, otros en la cortad de los edificios, y llevados de el espíritu de humildad tampoco reparaban en la vileza de los materiales juzgando que todo conducía al intento; y o iban mal si asegurasen la estabilidad, y firmeza; que edificar de manera, que sea necesario reedificar cada año, no es empeño de los pobres, ni quietud de Recolectos. Debe entenderse así de los Conventos formados, adonde el concurso del pueblo a los oficios divinos, y el estudio de los Frailes para confesar y predicar piden la subsistencia de casas nobles. De otra suerte se ha de juzgar en los eremitorios, y chozas del desierto; adonde no importa la más la casa que el hábito; y siendo de igual vileza lo uno, y lo otro, con igual facilidad se reparan. También se colige de la carta de la Emperatriz, que de sus pagas dependían los medios para la edificación, y estos por la dificultad de los ministros, y pagadores no debían de estar tan corrientes. Mas fácil era ya la negociación, después que la Emperatriz viuda volvió a España; Si la provincia de San Miguel fuera más negociadora, y entremetida, si los patronos que sucedieron no se hubieran negando tanto al cuidado del convento sentía la pena padeciendo largas suspensiones con ningún efecto, hasta que por el derecho del patronazgo se convinieron en dar cierta limosna anual no bastase para edificar. Estas fueron las causas de haberse frustrado tan grandes esperanzas.
Los mismos sucesos fueron imposibilitando el recogimiento, y quietud necesaria para ser el Convento de Recolección, como deseaban los fundadores. Y en orden a este deseo hallamos en la licencia del Cabildo de Salamanca para la fundación, y en la que dio la Ciudad para el agua los nombres de Recolectos, Descalzos y del sayal, que todo significa Recolección. Más no hizo poco la Provincia en sustentar la casa de cualquier modo que fuese en forma de Convento por tanto tiempo sin desampararla, como pudiera por falta de socorros para vivir, y obrar. Y hallándose por esta parte desobligada, y por otra reconociendo que no acertó con la condición ni tan se lee en la acetación del Reverendísimo Zamora, que hemos citado, ni en la patente del Provincial; tuvo por superfluo multiplicar casas de Recolección: habiendo con otras número suficiente, y aún sobre abundante.
Finalmente habiendo sucedido en el señorío de Tejeda la Señora Doña María de Herrera, que caso con D. Luis Pimentel hijo de los Excelentísimos Condes de Benavente, tomarn mejor forma los edificios del Convento: porque el año de mil y seiscientos y sesenta y uno cien años justos después de la primera fundación, ayudó mucho la ampliación, y lucimiento de Iglesia, y casa: con que está hoy bastante, y acomodada vivienda para dieciséis Frailes. Favorecelos, cuando llegan a Salamanca, con singlar agasajo, y beneficencia la señora Doña Teresa Anaya Maldonado principal señora, que como hermana de la Orden, y especial de esta Provincia con todos nuestra devoción en afecto, y en obras.
Con el santo titular del Convento, que es el insigne Lusitano, y por sus milagros Dramaturgo Español, San Antonio de Padua, tienen gran devoción los moradores de Texeda, y de los lugares vecinos, y gran fe alentada con muchas mercedes, que por su invocación han recibido de Dios. Y así muchas veces, particularmente en el día de su fiesta, acuden con afectuosa alegría a visitar la Iglesia. En ella está sita la Cofradía de la Vera-Cruz, y se conserva con cuidado y devoción de los Cofrades.
Adornan el Sagrario algunas reliquias, que la Emperatriz dio a la fundadora. Una cabeza guarnecida en brocado, y encima unas letras que dicen haber sido sacada del altar consagrado en honra de los santos confesores (que en este sentido es lo mismo que mártires) en la capilla de San Jorge, que es en Aristravia Ciudad de Austria. Más no se declara de quien sea la cabeza; por su grandeza se presume ser de hombre. Una canilla entera del brazo de san Brandao Abad. En una caja hay otras muchas reliquias, que son huesos sin título: y en una bolsita de seda uso huesos pequeños con titulo d los Santos Inocentes. La caja en que se guarda el Santísimo Sacramento es de nácar con curiosas labores, y preciosas guarniciones, y con su cerradura, y llave dorada, dadiva también de la Serenísima Emperatriz.
Dio feliz y loable fin a su vida en este Convento de Texeda el Padre Fray Juan de la Concepción, Predicador observantísimo de profesión, y infatigable Ministro del Evangelio or aqullos lugares del campo, y de la sierra con opinión de gran siervo de Dios. Su tránsito fue en el año de mil y seiscientos y ocho.

¿No os parece interesantísimo? ¿Por qué no se ha investigado más profundamente, por quien corresponda el caso de la fundadora de dicho convento? ¿Dónde reposan en la actualidad los restos de dicha Señora? Qué ocurrió con todo su archivo? Tarea nuestra es descubrirlo.
Hace unos días una de las personas que lee este blog me pidió si podía insertar alguna foto de la bodega abovedada que hay en la casa que en su día fue habitada por los frailes del convento. Conozco bien el lugar y la próxima vez que vaya a Tejeda pediré el favor a mi amigo Manolo, actual propietario del Convento y de la casa.

Pocos son los datos que hay sobre el autor de esta obra. Según Nicolás Díaz y Pérez (“Diccionario histórico, biográfico, crítico y bibliográfico de autores, artistas y extremeños ilustres”), el P. Fr. José de Santa Cruz nació en el año 1616 en el pueblo cacereño de Santa Cruz de la Sierra, patria de Nuflo de Chaves fundador de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia. A los 18 años ingresó en la Orden Franciscana, donde muy pronto llegó a ser un gran predicador. Todos estos datos no están totalmente contrastados según se deduce de la lectura de la introducción de mencionado libro.

“De la crónica de la Provincia Franciscana de Santiago 1214-1614”, escrita por un franciscano anónimo del siglo XVII, Introducción, rectificaciones y notas por Manuel de Castro OF. M, editado porel Archivo Ibero Americano, Madrid 1971, del capítulo LXIII , titulado de cómo la Provincia de San Miguel, de Extremadura, se desmembró de la Santa Provincia de Santiago, extraigo los siguientes datos:
En el año 1548 la Provincia de San Miguel se desmembró de la Santa provincia de Santiago. Esta decisión fue tomada en el capítulo provincial celebrado en Benavente, por Superiores P.Fr. Andrés de Portugal y el P. Fr. Cristóbal Valcárcel por el trabajo que suponía a los religiosos trasladarse de unos conventos a otros. Todos los viajes los hacían caminando, desde Galicia a Extremadura. Cuando se mudaban de una parte algunos tardaban cuatro meses en el camino. Esto causaba mucho desconcierto, supongo que no se sabía muy bien donde se encontraban en un momento determinado. Por este motivo se dividen los conventos de Extremadura, ( que no se corresponde con lo que físicamente es hoy) de la dicha provincia de Santiago y se le dio el nombre de Provincia de San Miguel. En tal reparto mencionan los textos equivocadamente al convento de San Antonio de Tejeda, ya que como se ha visto anteriormente su fundación es posterior. Al igual que es errónea la localización en los mapas de la época, que lo sitúan en la Provincia de Cáceres, supongo que por una confusión con Tejeda del Tiétar. La Provincia de San Miguel ocuparía buena parte del territorio de la actual provincia de Salamanca y entre otros pertenece a esta provincia el cercano convento de El Zarzoso o el de Gracia las cercanías de San Martín del Castañar ,(Convento en el que deseaba ser enterrada doña Catalina de Robles en el supuesto de que su muerte acaeciese antes de la finalización de las obras del de San Antonio de Texeda).